Todo el dolor apareció de repente
Como un torrente
De sangrienta lava
Que carcomía mi corazón y mi mente.
Y todas las palabras se disolvieron
Como la espuma del mar,
Espuma nacida y muerta
En el mismo momento y lugar.
Se evaporaron las razones
En las nubes metálicas
Se confundieron,
Y hoy opacan mi convicción,
Humedecen mi corazón
Con rojas lagrimas.
Y la lluvia llorona
Hizo brillar mis ojos
Que doloridos y sangrantes
Seguían bañando mi rostro
Trayendo tal agua de un poso sin fondo.
Porque las lagrimas nacen
De un aljibe infinito,
Bañando nuestros sueños
Y hasta delirios.
Porque las lagrimas son
El elixir bendito,
Porque allí se escurren las penas
Y desahogan al corazón de sus gritos.
Porque toda nube gris
Se vuelve blanca,
Porque en toda hoja seca
Hay una gota de esperanza.
Porque toda lava cristaliza
Al tocar el mar,
Y el dolor se vuelve
Caricia una vez más.
Todo lo que nace
Comienza a morir,
Toda herida abierta
Comienza a curar,
Todas las certezas que se puedan opacar
Serán revividas de vuelta.
Siempre la sangre se podrá lavar,
Y besado por el viento el dolor cesara;
El sol siempre esta tras las nubes,
La luz sigue a la oscuridad,
Si a tu alma hoy la adormece el dolor,
¡Deja que descanse!
¡Ya mañana amanecerá!
No hay comentarios:
Publicar un comentario