viernes, 23 de enero de 2009

Cuéntale a ella

Dile que la protegerás por siempre,
Porque eso yo quisiera escuchar,
Dile que la cuidaras con ternura,
Y que la abrasaras al verla llorar.

Dile que por donde ella pisa,
Van naciendo rosas,
Y que el perfume de su piel
Es una caricia deliciosa.

Dile que sus ojos
Son hechizos involuntarios,
Que tenga cuidado donde mira,
Porque cualquier hombre puede quedar atrapado.

Pregúntale si es capas
De enamorarse de un loco,
Pues te hace perder la cordura
La gran ternura de su rostro.

Dile cosas hermosas
Como que su piel es de pétalos
Y sus manos aves blancas,
Dile que sus labios ardientes
Queman lo malo de tu alma.

Háblale de todas esas cosas
Porque yo las quisiera escuchar,
Dile que ella es tu diosa
Y tal vez de ti se haya de enamorar.

Cuéntale historias de sueños dorados,
Yo siempre quise que me bañaran en fantasías,
Y procura cumplir tus promesas,
No dejes fluir palabras bacías.

Dile que no tema llorar,
Pues yo si lo temo,
Dile que se atreva a soñar,
Pues nunca me lo dijeron.

Cuéntale versos de amor,
Cántale notas de armonía
Y llévala a la cama en la noche,
Para que amanezca en tus brazos por el día.

Háblale de todo esto,
Me gustaría que me lo dijeran a mí,
Y si esa dama se me asemeja,
La harás en el mundo la mujer más feliz.

Nunca antes…

Nunca el viento había sido tan frío,
Tan frío.
Tan frío que los dientes tiritaban
Y loa piel reaccionaba crispándose.
Pero no era al viento
Quien la estremecía,
¿Quien la estremecía?
¿Que la estremecía?
¿El viento soplaba pícaro su cuello?
¿El viento rozaba su espalda con suavidad?
Nunca la noche había sido tan oscura,
Tan hermosa,
Tan brillantes los fulgores celestes.
Nunca antes se había visto
Sonreír a la luna con labios dorados,
Nunca se la había visto sonreír burlona,
Nunca tan feliz.
El tiempo nunca corrió tan rápido,
Desde el principio de los tiempos
Los segundos nunca habían estado tan ansiosos
Ni las manecillas tan cansadas.
Nunca había asomado el sol sobre el mar,
Nunca de esa forma;
Nunca la aurora se había mostrado a sus ojos,
Nunca tan bella.
Nunca había dormido en los brazos de la noche
Y despertado en los del amanecer,
Nunca había visto el amanecer,
Nunca acurrucada amorosamente,
Nunca tan tibia,
Nunca tan acompañada
Nunca tan feliz.
No importa cuantas salidas de sol
Hubiera observado en otras épocas,
Nunca las había visto,
Nunca de esta forma,
Jamás con los ojos llenos de estrellas,
Jamás con las manos tan llenas de él.
Nunca con el corazón tan brillante…
Nunca antes había visto el amanecer….

Encegesedora pena

Todo el dolor apareció de repente
Como un torrente
De sangrienta lava
Que carcomía mi corazón y mi mente.

Y todas las palabras se disolvieron
Como la espuma del mar,
Espuma nacida y muerta
En el mismo momento y lugar.

Se evaporaron las razones
En las nubes metálicas
Se confundieron,
Y hoy opacan mi convicción,
Humedecen mi corazón
Con rojas lagrimas.

Y la lluvia llorona
Hizo brillar mis ojos
Que doloridos y sangrantes
Seguían bañando mi rostro
Trayendo tal agua de un poso sin fondo.

Porque las lagrimas nacen
De un aljibe infinito,
Bañando nuestros sueños
Y hasta delirios.

Porque las lagrimas son
El elixir bendito,
Porque allí se escurren las penas
Y desahogan al corazón de sus gritos.

Porque toda nube gris
Se vuelve blanca,
Porque en toda hoja seca
Hay una gota de esperanza.

Porque toda lava cristaliza
Al tocar el mar,
Y el dolor se vuelve
Caricia una vez más.

Todo lo que nace
Comienza a morir,
Toda herida abierta
Comienza a curar,
Todas las certezas que se puedan opacar
Serán revividas de vuelta.

Siempre la sangre se podrá lavar,
Y besado por el viento el dolor cesara;
El sol siempre esta tras las nubes,
La luz sigue a la oscuridad,
Si a tu alma hoy la adormece el dolor,
¡Deja que descanse!
¡Ya mañana amanecerá!

El beso al Ángel

El beso que al ángel
Lo hizo caer,
Fue un roce de labios
Poco después del amanecer.

Y el sol naciente
Lo pudo ver
Al ángel caído
Con sangre en la piel.

Porque el ángel bajó
Por petición mía,
Y luego murió
De una estocada fría.

El beso que al ángel
Yo le supliqué,
Le quitó la sonrisa,
El corazón y la fe.

Y el ángel caído
Sonríe conmigo
Jurando quedarse
Para darme abrigo.

Pero ángel de alas
Muy ensangrentadas
¡Tú puedes volar!
No pierdas las esperanzas.

Remonta a los cielos,
Olvida mi sonrisa,
No enjuagues mis lágrimas
O ácidas quemaran tus manos tibias.

Limpia lo rojo
Con el agua del cielo,
Olvídalo todo,
Sólo cumple tus sueños.

¡Oh! Ángel benigno,
No sufras por mi corazón,
O yo romperé el tuyo
Con un beso de dolor.

Eso que sientes

Una joven confundida,
De esas inocentes
Que solo creen
En la alegría de la vida
Le preguntó a su corazón:

Oh, corazón mío,
¿Por qué lates sin compasión?
¿Por qué hay música en mis oídos?
¿Qué es esta vibración?

Oh, corazón mío,
Yo sólo quisiera saber
¿Por qué las flores son más lindas?
¿Por qué se estremece mi piel?

Y el corazón de la joven
Sonriente inquirió:
¿Qué sientes niña mía?
¿Qué más irradia tu ser?
Cuéntame de tú vida,
¿A quién has de conocer?

Y la joven vacilante,
Simplemente contestó:
Conocí un joven
De hermosos ojos castaños
Y desde entonces
Los segundos se hacen años.

Porque si siento su fragancia,
Porque cuando huelo su olor,
A mi me tiemblan las piernas,
No comprendo esta sensación.

Porque en nada más pienso,
Al despertar el día
Hasta el lejano crepúsculo.
Yo solo fantaseo con mi vida
Junto a este hombre de ojos oscuros.

Y se comprime mi pecho
Al saber que no le provoco,
Las mismas emociones que siento
Y se humedecen mis ojos.

Y agujas en mis pulmones
No me dejan respirar,
Me invade un miedo inmenso
De estar en soledad.

Dime corazón mío,
¿Qué es lo que siento hoy?
¿Por qué no imagino otra cosa,
que no sea tu cálida voz?

Y el corazón de la joven,
Suavemente informó:
Eso que sientes, mi querida,
Eso que sientes es amor.

Las cuatro estaciones

La primavera comenzó con vientos,
Brisas de amor y esperanza,
Flores de colores diversos,
Colibríes pululando entre las ramas.

El amanecer fue rubí y rosa,
El verde parecía resplandecer,
Los corazones irradiaban dulzura,
En los ojos solo amor se podía ver.

El verano fue caluroso,
Sumamente caliente, como no muchos,
Con manos apasionadas acariciando
Hombros, espalda y muslos.

El sol resplandecía en lo alto.
Ra el mayor rey,
Y yo estaba implorando
Que la noche no llegara a caer.

El otoño comenzó calido
Pero de repente se enfrió,
Las flores se marchitaron,
Se apago de golpe el calor.

Esa tarde ya fue lluviosa,
Esa tarde todo murió,
Esa tarde solo la espuma
De este mar me acaricio.

Y murieron los colores existentes,
La luz de la primavera termino,
El frió helo mis palpitos incrustando
En mi pecho un grito de dolor.

Y ahora que se acerca el invierno
Ya no temo al frió que vendrá,
Pues no hay hielo mas ardiente
Que el silencio y la soledad.

La noche será nublada,
Las metálicas nubes color gris,
Que vivirán también en mi alma
Hasta que mi corazón vuelva a latir.

El Fantasma

Se acerca la tarde
Y va cayendo el sol,
El miedo me invade,
Se inhibe mi corazón.

Se acerca el fantasma
Por la puerta trasera,
Se mueve con sigilo,
Hace tiempo que me acecha.

Y cuando el último rayo
Se oculta tras el horizonte,
El fantasma aparece
Y mi valor se esconde.

El fantasma llega
Como una sombra asesina,
Que promete amenazante
Quedarse con mi vida.

El fantasma se ríe,
Sabe que la noche llegó,
Sabe que estoy receptiva
Al mas profundo dolor.

Y la noche, antes amada,
Se vuelve desesperación
Con la cabeza apoyada en la almohada
Soy acosada sin compasión.

Porque ésta sombra llega
Y me hace el amor,
Con la transpiración seca
Que en mis sábanas quedó.

La luna llama su presencia,
La oscuridad la melancolía.
Y las luces no se dejan
Ver hasta el nuevo día.

Y caigo en los brazos
Del fantasma seductor,
Lloro largamente
Enmarañada en su olor.

Este fantasma oscuro
Me quiere poseer,
Y lo logra por las noches,
La felicidad me impide ver.

Pero yo misma soy
Quien invoca tal presencia,
Porque al llegar la noche
Es cuando más duele su ausencia.

Y al despuntar el día
Despierto en soledad,
Y extraño a mi fantasma
Mi desdicha es por voluntad.

Más allá de las aguas

A lo lejos,
Más allá de las aguas,
Atravesando la niebla,
Dejando atrás las añoranzas.

A la distancia,
Más allá de las aguas,
Hay una isla perdida
Donde no importan las esperanzas.

Es un lugar lejano,
Allí no hay nadie mas,
Nadie que me lastime,
Nadie a quien poder lastimar.

Porque en esa isla desierta
Reside la soledad,
Quiero ser amante de ella,
De la vida poder escapar.

Porque a lo lejos,
Más allá de las aguas
El día y la noche no importan,
La vida y la muerte son una,
El frió y el calor se fusionan,
No se distingue ni claridad ni bruma.

Porque el amor y el dolor
Ya no existen,
Las lágrimas no contaminan,
No seré de nadie la luz,
Ni mucho menos su acecina.

Porque en la isla perdida,
Más allá de la vida,
Puedes quedarte por siempre,
Sin sentir dolor
Sin generar en otros heridas.

Porque a lo lejos,
Más allá de las aguas,
Podré gritar lo que siento
A viva voz
Y solo se enteraran las palmas.

Porque a lo lejos,
Más allá de las aguas
Mi corazón no muere,
Ni mis acciones matan.

Si allí me voy
No pregunten por mi paradero,
Porque de ver mi silueta
Solo la soledad ostentara privilegio.

Y allí me quedare,
Más allá de los tiempos,
Sin lágrimas derramadas,
Sin manos ensangrentadas,
Sin las culpas que hoy moran en mi pecho.

Abrasarme

Abrasarme al olvido,
Dejando enterrado en el tiempo
Solo este segundo,
Sin importarme el pasado
Ni preocuparme el futuro,
Solo siguiendo
La línea del destino marcado
En la arena por los vientos.

Abrasarme a la noche que es hoy
Sin perder de vista luna,
Que dorada, sobre el horizonte,
Me sonríe con nostalgia perdida,
Recuerdos de pasadas vidas.

Aferrarme a tu cuerpo
Siendo yo tu calor,
Siendo tu mi sustento,
Siendo ambos amantes
Huyendo del sufrimiento.

Aferrarme y no soltarme
A la fuerza que invoco
Con el pecho abierto
Y el corazón rojo.

Abrasarme...
Abrasarme tan fuerte,
Sostenerte del miedo
Cual victima eres.

Abrasarme al instante
En que rozo tus labios,
Y creer que eres mío,
Y creer que te amo.

Y mañana al despertar
El mañana ya no me importara,
Yo solo seguiré abrasando
El olvido del pasado,
El desentendimiento del futuro,
Y ese instante dorado
Que quedara por siempre enterrado
En la memoria de la eternidad.

Cofre de oro

Navegare en vuestras almas
Y encontrare un cofre escondido
Rebosante de oro brillante
Que se daba por perdido.

Me sumergiré en lo mas recóndito
De tan asustados corazones
Que intentáis impedirme ahondarme
So pena de que me ahogue.

Seré absorbida por las corrientes
De los corazones confundidos
Pero lograre sacar lo hermoso,
No importa cuan terrible estén heridos.

Vuestra sangre no oficiara mi pecho,
Ni me cortara la respiración,
¡No temáis por mi vida!
Para todo tengo una razón.

Me sumergiré en lo mas recóndito
De tan temerosas palpitaciones
¡Pero no lograrais ahogarme!
¡Yo conseguiré sacar el cofre de oro!

Y lo llevare a la superficie
Con el poco aliento que me quede,
Relucirá cada doblón brillante
Y sabrán que la voluntad todo lo puede.

No temáis por dejarme llegar
Al cofre de riqueza que contenéis
Yo solo añoro ayudarlo a resurgir
Y que al mundo lo deis a conocer.

Me sumergiré en vuestras almas,
O al menos lo intentare,
Sin miedo a morir ahogada
A conocer lo mas profundo arriesgare.

La tormenta

Los truenos son el rock celestial,
Que calman mi alma del desesperar,
Que reaniman mi cuerpo de la fatiga gradual
De vivir todos los días intentando despertar.

Miles de gélidos dedos me tocan,
Y manos heladas acarician mi piel,
El frío ardiente en mi cuerpo provoca,
Un amor extasiarte al sentir su poder.

Extiendo mis alas con gran emoción,
Logro sentir bajo su peso la forma,
De un cuerpo incorpóreo que fusiona
Mi fría frente con sus gotas.

Susurros de miles de fantasmas en el aire,
Ponen en trance mi mente revuelta,
Me reponen de fuerzas como la sangre
Que todos los días recorre mis venas.

Y bebo de sus labios el agua que cae,
Y abraso su forma de cuerpo intangible,
Llorando mis ojos observo las lagrimas,
Soñando en el sueño que todo ser vive.

Licor de besos

Oh, amigo, me bañaste de caricias,
Con tus roces vibro mi corazón,
Tu vos en mi oído hizo cosquillas,
Me enseñaste de la vida la pasión.

Un sector de la existencia que ignoraba,
Tu, amigo, me lo hiciste conocer,
Me enseñaste a besar besos sin alma,
Pero de igual forma me hiciste enloquecer.

Me mareaba en tus brazos y abrasaba
Tu cintura de piel tibia, su calor,
Serraba los ojos y extrañada escuchaba,
La rapidez con que latía mi corazón.

Rocé mis labios en tu rostro,
Los tuyos hasta mi cuello se pudieron deslizar,
Hoy se lo que es sentir intenso,
Pero aun no se lo que es amar.

Y quería estar en tus brazos,
Y poder dormir en tu pecho,
Me embriagaste con tus labios
Dándome a beber licor de besos.

Hoy comprendo que la vida
Es mas que un mareado placer,
Hoy las flores de mi pecho
Se marchitan por la sed.

Tengo besos en mi boca.
Y tengo caricias en mi piel,
Pero no tengo en el alma
Amor verdadero, dulce como miel.

Decidir

Saber lo que quiero es mi sueño,
Comprender mi sentir extraviado,
Serrar los ojos y lograr en un vuelo,
Ver las verdades internas que en mi han estado.

Saber lo que amo y no amo,
Liberarme del gran torbellino,
Un torrente de sentimientos prestados.

Y ya no sentir a mi corazón
Del peso del plomo,
Oprimido el pecho por la estreches de mis costillas,
La luz del alma sumida en una tormenta,
No llegando el brillo hasta estas pupilas.

¡¿Qué siento?!¿Qué quiero? ¿Qué amo? ¡¿Qué odio?!
¿Por qué estoy en este extravío?
Terminare gritando socorro.

Estoy en medio de dos fuerzas,
Debo decidir a donde ir,
Tengo miedo que por cobardía,
Quedarme quieta y dejar de vivir.

¡Oh! que gran peso llevamos los hombres,
Que Dios nos dio el libre albedrío,
No podemos echar culpa a otros,
Somos dueños de nuestro propio destino.

No te aferres

Todo lo que empieza
Pronto terminara,
Todo lo que hoy comienza
Mañana se acabara.

No te aferres a las cosas,
Dales su justa valor,
Aprécialas pero no te apegues,
No caigas en la ilusión.

No te dejes engañar por lo efímero,
Ama las cosas que van mas allá,
La existencia es completamente cíclica,
Esta vida pronto de dejara.

La muerte es solo un periodo,
Una fase imposible de saltar,
No le temas no la rehuyas,
No dudes que algún día te llegará.

Tu vida no son las cosas,
Es tu alma lo que debe importar,
Que ni el cuerpo ni la mente te guíen,
Deja a tu conciencia hablar.

Procura que esta vida
Te sea de provecho,
Sube todos los peldaños
Que puedas avanzar.

La escalera es larga
Y arduo el camino,
Pero al final veras
Que valió la pena el andar.

Su vuelo de angel

La vida brilla en mis pupilas
Antes de apagarse por última vez,
La vida parece mas intensa,
Mi alma parece enloquecer.

Es increíble la sensación de respirar,
De vivir, experimentar,
De sentir, y también de amar,
Es increíble aquí estar.

Todo vibra a mi alrededor,
De entre mis párpados
Distingo el sol,
El fresco y el calor,
La belleza es lo mejor.

Todo parece vivir,
¡Pues todo vive!,
Y hasta la roca aspira y expira vida,
Todo parece convivir
En una coherente armonía.

Nunca la existencia había sido tan viva,
La vida, tan real,
Que extraño es este ultimo brillo
Que ya se empieza a opacar.

Y la luz se apaga,
Las brisas ya no acarician,
Las flores no me conversan,
¿donde se fueron las golondrinas?

Ya no siento sensación,
Pero aun estoy con vida,
Una vida diferente,
¡Por un túnel dios me guía!

Y la luz esta de frente
Pero el túnel esta a obscuras,
Se fue el miedo de repente,
Aun comprendo la hermosura.

Y se el mundo,
Y poseo certezas,
¡Y era cierta la promesa!,
Que no hay nada que temer,
De que todo estará bien.

Y con ojos diferentes,
Comienzo a ver nuevamente,
Y miro hacia abajo y allí estoy,
Y no soy yo.

¡Oh! pobre cascaron,
Que alguna vez fue santuario,
Es un fragmento de la tierra
Que me fue prestado,
Hoy lo devuelvo,
E adquirido experiencia,
¡Gracias! ya es hora de regresarlo.

Adios

La vida brilla en mis pupilas
Antes de apagarse por última vez,
La vida parece mas intensa,
Mi alma parece enloquecer.

Es increíble la sensación de respirar,
De vivir, experimentar,
De sentir, y también de amar,
Es increíble aquí estar.

Todo vibra a mi alrededor,
De entre mis párpados
Distingo el sol,
El fresco y el calor,
La belleza es lo mejor.

Todo parece vivir,
¡Pues todo vive!,
Y hasta la roca aspira y expira vida,
Todo parece convivir
En una coherente armonía.

Nunca la existencia había sido tan viva,
La vida, tan real,
Que extraño es este ultimo brillo
Que ya se empieza a opacar.

Y la luz se apaga,
Las brisas ya no acarician,
Las flores no me conversan,
¿donde se fueron las golondrinas?

Ya no siento sensación,
Pero aun estoy con vida,
Una vida diferente,
¡Por un túnel dios me guía!

Y la luz esta de frente
Pero el túnel esta a obscuras,
Se fue el miedo de repente,
Aun comprendo la hermosura.

Y se el mundo,
Y poseo certezas,
¡Y era cierta la promesa!,
Que no hay nada que temer,
De que todo estará bien.

Y con ojos diferentes,
Comienzo a ver nuevamente,
Y miro hacia abajo y allí estoy,
Y no soy yo.

¡Oh! pobre cascaron,
Que alguna vez fue santuario,
Es un fragmento de la tierra
Que me fue prestado,
Hoy lo devuelvo,
E adquirido experiencia,
¡Gracias! ya es hora de regresarlo.

Sere como roca

No me inmutare por tu partida
No me importara que tus ojos me rehuyan,
Yo seré lejana como aquellas
Gárgolas solitarias que desde su quietud patrullan.

Fría, fea e indiferente,
Seré yo, ante tu cálida presencia
Impidiendo que mi corazón irradie
Ondas de amor al notar en el tu ausencia.

Acallare los gritos desangrados de mi pecho
Dura como roca mi mirada encontraras
Seré una gárgola mirando desde lo alto,
Seré una vigilante,
Desde el silencio te he de observar.

Si muero de frío al dormir una noche
Al no haber nadie que mi cama entibie
¡Moriré por ti!
Pero no descansare hasta que mi aliento se agote
Susurrando entre el viento que aun estoy allí.

Pero no lograras que mis mejillas quemen
Por lagrimas derramadas al pensar en ti,
Podrás oír aullidos por las noches
Y sabrás que son fantasmas que no quieren partir.

Un día lograras ver mi corazón,
Quien sabe, algún día...
Y errando por la niebla que creaste
Te tropezaras con tu propia lapida escondida,
Entre las malezas del olvido
Y telarañas abandonadas
De una vida pasada.

Y todas mis sombras
recaerán sobre ti,
Y te desangraras
Como me desangraste tu a mi.
Y sentirás una estaca clavada en tu corazón,
Y veras cielos sin estrellas,
Días sin soles,
Árboles secos y hojas marchitas,
Y en toda tu vida, por primera vez
Podrás comprender lo que logro tu mirada indiferente,
Cuando quede con el corazón fraccionado,
El alma perdida,
Cuando una navaja invisible y punzante me atravesó el pecho,
Deje de respirar, de vivir... y de amar.

Pero hoy solo veras mi rostro impasible,
Frío, duro y seco de lagrimas,
Hoy solo veras un instante mis ojos,
Y comprenderás, que sin mi, tu vida ya no vale nada.


Amor entre agua y fuego

El era del reino del agua,
Ella era del reino del fuego,
El siempre vestía de algas,
Y ella de llamas tenía el cabello.

El era del reino del agua,
Ella del reino del fuego,
El destino de él era el mar,
Ella se dirigía asía cielo.

Y aun no entienden los dioses
Como ambas criaturas se conocieron,
Como ella amo lo azul,
Como el soporto su trueno.

Y tomados de la mano
Juntos, vapor iban haciendo,
Queriendo perderse del mundo,
Queriendo fundirse en el viento.

Y pasaron días hermosos,
Pero la felicidad se fue derritiendo,
Ella quemaba su suave piel,
Y el sus llamas iba extinguiendo.

Ambos sabían que morirían,
Suplicaba cordura su pecho,
Pero el aun no quería marchar,
Y ella no quería despegarse del suelo.

Mas como la vida es la vida,
Y seguro, más sabia que ellos,
Separo un día sus corazones
Con un afilado cuchillo de hierro.

No les era destino estar juntos,
Siempre tuvieron tal certeza dentro,
Nunca podrían caminar de la mano
Un hombre de agua y una dama de fuego.

Y él, tan azul como el albor,
Luego de un beso marchose a su reino,
Y ella tan roja como su amor
Con ojos llorosos se aventuro al cielo.

La espera

Se hace tan larga la espera al olvido,
Como la cinta plateada que marca mi camino,
Es eterna la lucha por no decaer,
Es eterno el lamento y el acallar no poder.

Es tan oscura la noche que es imposible entrar,
Con ojos fieros en la oscuridad,
Es tan agrio el destino que la miel no basta,
Intento huir del llanto pero la amargura me alcanza.

Es infinita la espera y perpetua la perdición,
No se vislumbra luz cuando esta ciego el corazón.
No distingo el sendero en el mar de sombras,
Temo que un día de estos los fantasmas me absorban.

Lloro a escondidas hasta volverme desierto,
Pues solo poseo aquí dentro lamentos.
Es distante la meta hacia la luz,
Es siempre la noche mi tortuosa cruz.

Luego del crepúsculo ya no hubo amanecer
Es oscuro el camino y fatigoso el correr.
Pero un día de estos he de morir
Y tal vez me libere de este eterno sufrir.