martes, 9 de noviembre de 2010

Unica referencia

Cuando caes en un foso profundo y negro, das contra el fondo quebrándote los huesos y solo ves penumbras… ¿pero cuando el fondo nunca llega?

Todo es oscuridad y vacio, no hay penumbras, no hay paredes, ni cielo ni suelo, no hay referencias más que el propio cuerpo que contiene un alma igual de vacía…

Soy solo yo, desnuda en el espacio, sostenida en medio de la nada por nada, respirando un aire que se acaba, escudriñando en la oscuridad inexistente, sin referencias, sin sol o estrellas… sin nada que seguir.

¿A dónde ir cuando los pies no pisan suelo? ¿Donde acurrucarse sin rincones a la vista? ¿Hacia dónde volar si no existe el cielo, y mis alas están rotas, y las plumas de estas alas se deslizan?

¿A que aferrarse? Entre las macabras sombras logro ver mis dedos, ¿de dónde viene la luz? Pregunto inquieta, y me respondo con sorpresa y ojos abiertos, que tal procede de mi pecho.

Ya nada existe…

Ya nada hay…

Ya no hay confianza, la única sértela es la eternidad.

Cada luz que parecía candil seguro, se apaga, luciérnaga muerta, hoguera anciana, solo quedo a la deriva, no hay nada que seguir, no hay nadie a quien amar.

La luz que me alumbra, proviene de mi alma, soy mi única referencia, mi única confidente, el camino, la meta y la pisada.

Allí esta mi sostén, un circulo comienza desde su punto central…

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