martes, 23 de noviembre de 2010

Soy yo

Todo lo que duele soy yo…

Soy yo la que siente que el alma se le parte,

Soy yo la que siente el pecho herido

Y una flecha atravesada y perdida en mi sangre.

Soy yo la que se siente perdida en nubes espesas,

La que tiene los ojos húmedos,

La que corriendo solo se tropieza.

Soy yo y mi corazón, y mi torpeza,

Y mis ojos y mi corazón y mi alma,

Y mi piel y mi corazón y mis errores…

Soy solo yo… yo y mi corazón,

El principio de la perdición,

Yo y mi sinrazón,

Los ojos en medio de un monzón.

Como huir de mis propios pasos,

Corriendo de mí sombra,

Agazapándome en mi propia locura

De la que me escondo pero me encuentra,

Soy solo yo el factor común,

De cada una de mis tormentas.

domingo, 21 de noviembre de 2010

La plebeya

Con ojos llorosos

Miraba la plebeya

Con su príncipe encantado

Caminar a la princesa.

El brillo de sus ojos

Nada envidiaba al sol,

Sus suaves manos

Eran aves dignas de amor.

Con garganta temblorosa

Sollozaba la plebeya

Al ver la gran suerte

Que poseía princesa.

Natural era que del príncipe

Poseyera el corazón,

Encantadora su sonrisa,

Melodiosa era su voz.

Con el corazón partido

Saltaba la plebeya

A un pozo de agua

No pudiendo ser princesa.

Acabose con su vida

Sin decir adiós,

Tan hermosos se veían

El príncipe y su amor.

martes, 9 de noviembre de 2010

Unica referencia

Cuando caes en un foso profundo y negro, das contra el fondo quebrándote los huesos y solo ves penumbras… ¿pero cuando el fondo nunca llega?

Todo es oscuridad y vacio, no hay penumbras, no hay paredes, ni cielo ni suelo, no hay referencias más que el propio cuerpo que contiene un alma igual de vacía…

Soy solo yo, desnuda en el espacio, sostenida en medio de la nada por nada, respirando un aire que se acaba, escudriñando en la oscuridad inexistente, sin referencias, sin sol o estrellas… sin nada que seguir.

¿A dónde ir cuando los pies no pisan suelo? ¿Donde acurrucarse sin rincones a la vista? ¿Hacia dónde volar si no existe el cielo, y mis alas están rotas, y las plumas de estas alas se deslizan?

¿A que aferrarse? Entre las macabras sombras logro ver mis dedos, ¿de dónde viene la luz? Pregunto inquieta, y me respondo con sorpresa y ojos abiertos, que tal procede de mi pecho.

Ya nada existe…

Ya nada hay…

Ya no hay confianza, la única sértela es la eternidad.

Cada luz que parecía candil seguro, se apaga, luciérnaga muerta, hoguera anciana, solo quedo a la deriva, no hay nada que seguir, no hay nadie a quien amar.

La luz que me alumbra, proviene de mi alma, soy mi única referencia, mi única confidente, el camino, la meta y la pisada.

Allí esta mi sostén, un circulo comienza desde su punto central…