¡A dejarse de joder!
¡A ir a la guerra!
¡A romperse los huesos del esfuerzo!
A defender corazones indefensos
Y atravesar con nuestras lanzas
Las corazas por la fuerza.
La fuerza de mil voces
Entonando la canción,
La canción que une a las almas
La canción de redención:
El grito eterno en la batalla
Atravesando al atroz,
Matando todos los males
¡Los únicos males!
Están en lo oscuro del corazón.
A dejarse de llorar
Por los rincones,
A dejarse de suplicar
Diez mil perdones,
A dejarse de sentir
Indigna autocompasión,
Las batallas se ganan
Entonando la justicia en la voz.
Y cuando flaqueen nuestros brazos
Y cuando el canto vacile,
Sin miedo, mira furioso
Al enemigo que te mire
Y se quemara en tus pilas
Y reculará en la línea de fuego
Pues tus ojos serán tan justos
¡Que huirá por el miedo!
¡A dejarse de caer!
Que suelo hay mucho.
A dejarse de chillar
Como cobardes,
Pues nuestros sabios padres
Al marchar nos animarán:
"A endurecer la piel"
Y dirán: "Regresa con tu escudo,
O regresa sobre él".
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