miércoles, 22 de diciembre de 2010

Añoranza

Sufro por sufrir,
Por tener una mente caprichosa
Que recuerda mil rostros muertos
En un mar de libros viejos
Con cientos de páginas rotas.

¿Que me ha quedado?
Un escozor punzante
Cuando las pupilas centellantes
Nublan mis iris verdes
Que solo ven grisáceas
Luces que no se pierden.

Recuerdo lo enterrado
Viviendo en un pasado
Sin sentido…
Pues solo son fantasmas
Que me arrastran a las sombras
Del olvido…

Con mis puños llenos de oro,
Lloro por el peso
Del plomo de ayer,
¡Plomo bienamado!
Querido y entregado
A las olas del destino
Para dejarlo correr.

Pero aun pesa ese pasado
Ese plomo emancipado
De las rejas de mi pecho,
Aun duele ese punzante
Sonoro lírico y fragante
Deseo de que esos seres
¡Vuelen alto y adelante!

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