viernes, 11 de junio de 2010

La condena del poeta.

Somos prisioneros
Que sonríen tras las rejas,
Somos amantes de la condena,
¡Bendita nuestra condena!
Cantara siempre el poeta,
Hermosa nuestra condena,
Pues de las venas
Se escurre la tinta
Que dibuja cada palabra,
Y las lágrimas inspiran
Las frases que se cantan.

Corazón translucido y de cristal,
Esa es nuestra condena,
La de ver al mundo desolado
Y sangra por cada daga
Que la injusticia allá empuñado.

Esa es nuestra condena
La de amar sin ser amados,
¡Bendita nuestra condena!
De una poesía esbozado.

Siéntanse muy dignas
Todas nuestras musas,
Siéntanse felices
De nublar el corazón
Pues nuestra condena existe
Para despertar la inspiración,
Y esta solo llega
Cuando en el alma hay amor.

¡Bendita nuestra condena!
Pues por ella vivimos
Con tanta intensidad hasta morir,
Esta es nuestra condena
¡La razón para escribir!

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