Al verte

Me hablas de amores de cuentos

Y lloras,

Y dices que eres frio como las rocas.

Te llenas los labios con certezas que desprendes

Y mientes,

Te convences para mantener tu pecho caliente.

Tienes tan pero tan escondido tu corazón

De cristal.

Pues temes que se quiebre llegando tu final.

Y eres hombre pero igual sabes

Amar.

Mas yo sé que en tu pecho nunca podre entrar.

La poesía

Eres mi único amor, aunque te olvido

Y te escurres bajo mi almohada en mi sueño

Pero jamás

Te desprendes de mi ensueño.

Eres mi único amor y felicidad,

Tu forma invisible es tan brillante,

Eres lo más sublime,

Estas fuera del mundo mortal.

Y lloro cuando recuerdo

El amor que me has de inspirar,

No existe desdicha en tus manos,

Ni traiciones ni mediocridad.

Solo tu llenas un alma

Con sabiduría y verdad,

Eres música desprendida del sol

¡Eres del tintineo del agua, el calor!

Del dulce viento

Tú eres el resplandor.

Querida inmortal,

Solo a ti comprometo

Mi dedo anular

Amada eterna

Solo tus versos me pueden salvar.

Las mismas estrellas

¿La luz de cuantos ojos de miles de humanos

Estaré viendo al observar estas estrellas?

¿Estará tu luz en ellas?

Confluye la existencia en este firmamento,

Eterno como la vida misma,

Efímero cual roza se marchita.

¿Se extenderá mi mirada en los fulgores nocturnos?

¿Legara ella a ver tus pupilas

A través de este cielo profundo?

Me preguntare de aquí a mil años,

Durmiendo en los brazos de un amor

De espalda fuerte y alma bella

Sobre las cosas que pudieron ser y no fueron,

Y me preguntare si fuiste tan feliz

Como yo deseé que fueras

Y me preguntare si aun hoy

Seguimos mirando las mismas estrellas.

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Un ambiente de sordera

Rodeo el mundo

Y solo yo lo escuche.

Su cuerpo recostado en la grava

Yo lo vi caer.

Su boca sangraba

Y sus ojos celestes

ya no veían

Como cuentas de cristal

Simplemente

Se les iba la vida.

Presioné su pecho

De forma rítmica,

Al ritmo salía la sangre

Con muchas burbujas

Y entre los labios se escurría.

Presioné y presioné nuevamente,

Sintiendo sus costillas

Pero solo salía más sangre

Y al final…

Solo llore de rodillas.